martes, 5 de junio de 2018

Entrevista al director Alberto Cortés


Entrevista al director Alberto Cortés.
Por Cristhian Ponce

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A propósito de su visita a Sonora en el marco de los talleres de producción de cine documental de la Red Nacional de Polos Audiovisuales que ofrece el Instituto Mexicano de Cinematografía y el Instituto Sonorense de Cultura, y de la reciente nominación al Ariel 2018 a Mejor Documental por su última cinta El Maíz en Tiempos de Guerra (2017), nos dimos a la tarea de conversar con uno de los directores de cine más importantes de México.

En El Maíz en Tiempos de Guerra,  su más reciente película, vemos reflejada la lucha por la cosecha del maíz en contextos donde el narco y los transgénicos son amenazas constantes para campesinos y diversos grupos indígenas. ¿Nos puede hablar un poco acerca de la película?
-       Pues es una película que sigue el curso del maíz en un año agrícola. Esto se filmó en 2015 y fue con cuatro familias campesinas de diferentes lugares de México, de diferentes pueblos. Una familia wixárika (huichol), otra familia mixé de Oaxaca, y dos familias tzetzales mayas de Chiapas. Entonces durante el ciclo agrícola de 2015, como de abril a diciembre, estuvimos yendo como 3 o 4 veces a cada uno de estos lugares y fuimos registrando el paso desde que se prepara la tierra, la siembra, después el cuidado de la planta hasta la cosecha y en ese transcurso todas estas familias campesinas nos van contando como lo hacen, como se trabaja el maíz, porque se trabaja de esa forma, la importancia de la milpa, la defensa contra la contaminación del maíz transgénico. En fin, de la importancia del maíz en estos pueblos que no es solamente la defensa de una planta o de un grano sino toda la defensa de toda una cultura, una manera de vivir, una manera de ser. Y es un poco lo que plantea la película, a través del maíz conocemos su forma de vida, su lengua, como viven, como preparan de diferentes formas el maíz. Y pues de alguna manera entendemos o vemos, somos testigos de cómo su cultura se expresa a través del cultivo de esta planta.

A la izquierda Cristhian Ponce, derecha Alberto Cortés. Foto por Emily Icedo.


En ese sentido, ¿Por qué abordar este tema a través del cine documental?
-       Evidentemente es un tema que no se puede tratar de otra manera más que como un documental. Porque, digamos, está la  propuesta de trabajar con ellos, que me permitan entrar a sus milpas y a sus casas y pues es hacer un registro de como es esta vida campesina en el México de hoy.


Curiosamente, hablando de la nominación de su más reciente película a los premios Ariel, resulta por demás interesante observar que sean precisamente documentales los que más destaque en esta ocasión (La Libertad del Diablo, Batallas Íntimas). ¿Qué importancia adquiere el cine documental?, ¿Por qué considera usted que el cine documental ha adquirido esa relevancia en el país?
- Yo creo que el documental mexicano si ha adquirido una relevancia importante. No sé por qué. Por un lado hay cineastas que si le están metiendo mucha creatividad y hay, digamos, como un documental de autor. De que los cineastas proponen cosas con estilo muy particular. Pero también resulta que el documental se refiere a la realidad, y está tocando temas muy candentes, muy importantes ahorita. Yo creo que por eso tiene esa relevancia.

Foto: Emily Icedo.


Dentro de su carrera hemos podido observar cómo se ha deslizado entre la ficción y la no ficción, y en ambas se ha atrevido a abordarla de diferente manera. En el caso de El Corazón del Tiempo (2009), usted dirigió a actores no profesionales pertenecientes al EZLN para contar una historia de ficción y en Ciudad de Ciegos (1990) vemos como personalidades como Rita Guerrero y Saúl Hernández también actúan. ¿Cuándo es necesario contar una historia a través de la ficción y cuando en la no ficción?
-       Yo creo que el propio tema te pide como hacerlo. Por ejemplo en el caso del Corazón del Tiempo es una película sobre la vida cotidiana de la comunidad zapatista y no había otra forma de hacerlo, ya que al hacerlo documental no podrías llegar, digamos, a tocar ciertos temas. Hubieran tenido que usar el pasamontañas, y en este caso era una película de ficción y era mostrar la vida cotidiana, meternos un poco a las emociones y los sentimientos y creo de alguna manera se logró trabajar con ellos como actores. Era también una manera de darle cierta autenticidad a la narración ya que hubiera sido muy difícil que actores aprendieran como se vive ahí, como se camina, como se trabaja, como se usan los caballos. Quizá perdimos un poco de profesionalismo de la actuación, pero sin embargo ganamos mucho en autenticidad en la manera de hablar, en la manera de ser, en la manera de comportarse.

Hablando de películas como Amor a la Vuelta de la Esquina (1987) que nace en una época donde estaba el cine de ficheras, pero aquí vemos historia de una prostituta que se contrapone a como se veía en dicho tipo de películas. Ahora tenemos mayor acceso a ver películas que nacieron en otros contextos y eso permite que se le den nuevas lecturas. ¿Cómo considera usted que el cine impacte a la sociedad a través de estas plataformas?
-       Pues no sé, yo siempre defiendo que el cine se ve mejor en el cine porque es una experiencia en colectivo, con la oscuridad de la sala. Y en cambio, estas nuevas plataformas proponen otra cosa, más cercano a la televisión. Aunque si, uno tiene la facilidad de acceder a muchos títulos en internet que ha abierto una posibilidad increíble de investigar, de meterse a temas, de buscar cosas. Pero digamos, el cine siempre se disfruta más en una sala oscura. Creo que esos valores que tiene el cine continúan ahí y la gente lo sigue apreciando, sigue yendo al cine. Y las otras plataformas en algún momento ayudan a ver películas históricas, que en su momento fueron muy importantes y rescatarlas y mirarlas. Pero yo sigo pensando que el cine es la mejor manera de ver películas.

¿Qué opinión tiene acerca de que se este trabajando en una Red Nacional de Espacios Alternativos de Exhibición Cinematográfica en México? Esto dado a que en nuestro país se hace mucho cine, pero se ve o se distribuye muy poco.
-       Son importantísimos. Los cineclubes siempre han jugado un papel muy importante porque, digamos, es una manera de ver otro cine, un cine diferente al cine comercial. Educan, forman públicos. Es otra dimensión del cine.
Ahora vivimos una tragedia impresionante porque se hacen muchas películas pero no se exhiben. Hay un desprecio del cine mexicano por parte de las dos grandes exhibidoras, realmente les estorbamos. Son grandes compañías exhibidoras que están al servicio del cine norteamericano y de alguna manera pues crean una censura o limitan mucho el acceso que podemos tener no solamente al cine mexicano, sino a cualquier otro cine de otras cinematografías.


Foto: Sergio Ponce

Hay muchas personas queriendo hacer cine en México. En este caso la Red Nacional de Polos Audiovisuales viene a formar de alguna manera y/o dar un empujón para que más personas se inicien en la labor del cine documental. ¿Qué otras iniciativas considera usted importantes para que pueda crecer el cine en México?
-       Creo que hay muchísimas iniciativas, hay un buen número de escuelas de cine, hay un gran interés por hacer cine. Yo creo que es importante descentralizar la producción del cine, que no todo sea a partir de la Ciudad de México. Toda esta cultura que es tan amplia en México pueda expresarse en el cine. Expresar otras maneras de hablar, otros espacios, y sacar un poco al cine de este centralismo en el que estamos.

Para finalizar, ¿Para que hace cine Alberto Cortés?
-       Para contar cosas. Para contar historias. Para comunicar. A veces uno tiene ganas de expresar algo, de sacarlo o comentar algo sobre lo que está pasando en México, en la vida, en este tiempo. Y el cine es un medio muy hermoso para poder comunicar cosas. Se pueden comunicar emociones, sentimientos, ideas. Es un medio muy completo para poder expresar lo que uno quiere decir.


Foto: Ausencia Aguirre