sábado, 12 de agosto de 2017

Reseña: Baby: El Aprendíz del Crimen (Baby Driver)

Imagen propiedad de Working Title Films. Todos los derechos reservados.

Reseña: Baby: El Aprendíz del Crimen (Baby Driver)

Año: 2017
Director: Edgar Wright
Género: Acción
Duración: 193 min.
Clasificación: B (12 años en adelante).

Por Cristhian Ponce

     La adrenalina es percibida gracias a los latidos del corazón. Como una melodía que va marcando su ritmo bajo la percusión constante del tambor, de igual manera, la acción en el cine se va marcando gracias a diversos aspectos primordiales como lo son el montaje y la música. Un coche a toda velocidad con música a todo volumen es algo recurrente en el cine de acción norteamericano, al menos hasta verlo al estilo Edgar Wright.

     En Baby Driver, el director de origen británico nos sumerge en la vida de Baby (Ansel Elgort), un joven conductor que acompaña a una pandilla de delincuentes en sus diferentes asaltos. La particularidad de Baby radica en su extraordinaria habilidad al volante, además de que en ningún momento deja de escuchar música a través de su iPod.

Si algo a distinguido a Wright desde su opera prima, Shaun of the Dead (2004), ha sido su sello propio, haciendo alarde de su particularidad estilo del humor (ironizando y ridiculizando aspectos peculiares de la sociedad y la vida diaria), así como del constante uso del close-up para ir marcando el ritmo de la cinta. En esta, su película más hollywoodense hasta hoy, nos demuestra que tiene un control absoluto sobre aspectos técnicos que lleva puliendo por más de una década. El sobresaliente ensamble de música y montaje hacen que la cinta se torne trepidante, atractiva y entretenida, y como si se tratara de una pista de carreras, el director sabe cuándo pisar el acelerador y cuando el freno.

La selección musical nos muestra canciones de artistas como Beck, T.Rex, Commodore o Queen, misma que va hilada durante la cinta y que se detiene en muy pocos momentos, como si de una playlist de Spotify se tratara. La música aquí no solo va dictando el estado anímico de la escena, si no que va marcando el ritmo narrativo y el tono del filme, esto mismo es lo que la dota de esa frescura tan anhelada en una época de estrenos veraniegos.

Si algo podemos señalarle a la película es su planicie temática. La cinta es sin duda un collage técnico digno de admirarse, sin embargo, la trama evita en todo momento ahondar en las motivaciones de sus personajes, mismos que conocemos a través de sus, en ocasiones, breves apariciones en pantalla. El elenco (compuesto por estrellas como Kevin Spacey, Jammie Foxx y hasta Eiza González) logra dotar de matices visuales a sus interpretaciones, mas su trabajo se mantiene en la raya de lo aceptable. A pesar del buen trabajo en los apartados anteriormente mencionados, la cinta solo se limita a contarnos una historia que no dice demasiado y que ya se nos ha contado innumerables veces. Situación que va en retroceso comparándola con las anteriores realizaciones del director, las cuales trataban de salirse de un molde establecido, o con filmes como Drive (Nicolas Winding Refn, 2011), que aun teniendo elementos similares logra tener una profundidad temática por demás sobresaliente.

Baby Driver es un gran ejemplo de lo que una cinta de entretenimiento puede lograr cuando los elementos con los que se cuenta son bien utilizados. No obstante, quizá solo sea recordada por su buen manejo estilístico. Mientras tanto, solo nos queda acelerar a toda velocidad mientras comemos palomitas y refresco, y disfrutarlo mientras dure.


Califiación: 7.5/10


domingo, 6 de agosto de 2017

Reseña: Tu Nombre (Kimi No Nawa)

Imagen propiedad de Funimation Films. Todos los derechos reservados.

Reseña: Tu Nombre (Kimi No Nawa)

Año: 2016 (estrenada en México en 2017)
Género: Anime/Romance
Director: Makoto Shinkai
País: Japón
Clasificación: A (Apta para todo público)

Por Cristhian Ponce

     El tiempo se entreteje de diferentes maneras. Como si de un bordado se tratara, su costura puede ser un lazo en apariencia sencillo, pero que en su confección suele ser difícil de comprender. Bajo ese entendimiento, es que podemos discernir las distancias espacio – temporales como parte de las experiencias humanas más vividas del mundo moderno. Las relaciones afectivas, aquellas que nos hacen fantasear con el romanticismo, así como las expectativas de conocer a ese alguien especial, son algunas vivencias anheladas por distintas sociedades en el mundo. ¿Qué pasaría si pudieses tener una conexión con alguien conociendo su vida desde su mismo ser?

     En Tu Nombre del director Makoto Shinkai, vemos como una joven de un pequeño pueblo japonés despierta teniendo recuerdos vagos de un sueño en donde era un joven apuesto de Tokyo. No pasara mucho tiempo para que descubra que eventualmente, ese misterioso chico y ella intercambian de cuerpo durante las noches, lo que les obligara a conocerse a través del estilo de vida de cada uno. La premisa de la película comienza de una manera en apariencia sencilla, pero no hay que dejarnos engañar por esa primera impresión. El desenvolvimiento de la trama, que en un principio gira en torno al romance de los protagonistas, se va volviendo aún más complejo, para revelarnos la importancia de conocer el contexto y vivencias de otros seres humanos que quizá estén en un tiempo y lugares diferentes al nuestro.

     La cinta usa a su favor elementos muy propios del anime dirigido a un público juvenil, usando comedia propia del género (amigos que suelen mofarse del protagonista, por citar ejemplos), así como un uso de la música j-pop en distintos montajes que nos irán revelando la sucesión de la trama. Visualmente la cinta nos muestra unos paisajes sumamente bellos, mismos que nos hacen comprender la calma de los suburbios campiranos de Japón, así como la elaborada arquitectura de Tokyo y el acelerado ritmo de vida de sus habitantes, sin olvidar el hermoso cielo que nos hace vislumbrar la luz del sol a través de las nubes y la amplia gama de colores de un espectacular cometa que atraviesa por los mirada de los protagonistas. El filme resulta en un ejercicio visual agradable y sobresaliente.

     El punto de la película resulta efectivo cuando reflexionamos sobre un Japón que ha atravesado los abates de inclemencias como la bomba atómica que arrasó con Hiroshima y Nagasaki en 1945, así como los recientes terremoto y tsunami del año 2011. En su cine, los japoneses han reflexionado sobre la importancia que lleva consigo el peso de lo inevitable. Los ejemplos de los desastres anteriormente mencionados podrían parecer exagerados, pero es en esa cualidad en la que se desarrolla la cinta, marcando los acontecimientos por la relación de lo que ha sucedido, lo que puede suceder, y lo que sucederá. Empatizamos con todo lo sucedido en la trama gracias a esa relación afectiva que los personajes van desarrollando.  

     Tu Nombre es quizá la muestra de que el cine de animación japonesa este atravesando por uno de sus mejores momentos. El tiempo y el espacio solo son valorados cuando nos damos cuenta de que en ellos se encuentran seres humanos quienes viven, sonríen, sufren, nacen o mueren. No importa dónde nos encontremos ni en que época, el cine siempre es esa puerta abierta a la experiencia de la humanidad. Una muestra de que podemos sensibilizarnos aun con aquellos que desconocemos su nombre.


Calificación: 8.5/10


Reseña: Emoji La Película (The Emoji Movie)

Imagen propiedad de Sony Pictures. Todos los derechos reservados.

Reseña: Emoji La Película (The Emoji Movie)

Año: 2017
Género: Animación/Comedia
Dirección: Tony Leondis
Duración: 91 min.
Clasificación: AA (Apta para todo público).

Por Cristhian Ponce

     En el mundo moderno, la utilización de los llamados Smartphone, así como la gran presencia de las redes socialeshan cambiado, para bien o para mal, la interacción humana. Esto resalta con mayor notoriedad comparándola con la sociedad de hace 20 años, en la que pensar que la inmediatez para comunicarnos con todos, en cualquier lugar y momento, era algo que solo la ciencia ficción podía ingeniar. Pero el futuro nos alcanzó. No con los añorados autos voladores que nos hicieron imaginar cintas como Blade Runner (Riddley Scott, 1982), pero si con un avance  importante en materia de comunicación. Ahora no solo nos comunicamos más rápido, sino que también lo hacemos de manera más simplificada. La abreviación de las palabras es cada vez más común, además de que las imágenes (con o sin texto) se usan al por mayor. Lo que antes detallábamos en una carta de amor de cuando menos una cuartilla, ahora tratamos de decirlo con un dibujito de una carita con corazones en los ojos.

     Emoji La Película del director Tony Landis nos lleva al interior de un teléfono celular, en donde podemos ver como los diferentes emoticones (caritas o signos de diferentes formas que en su mayoría expresan sentimientos), mismos que son utilizados en las redes sociales, viven para que la persona propietaria del teléfono se pueda comunicar de manera más efectiva. En este contexto, conocemos a Gene, un emoji que nació para expresarse como Meh (rostro que expresa indiferencia), a quien se le dificulta desarrollar su trabajo ya que expresa una amplia gama de expresiones y sentimientos. Esto lo lleva a una odisea en la que deberá buscar ser reprogramado por el sistema para solo expresarse de la manera en la que se supone debe hacerlo.

     La cinta se maneja en una trama con bastantes semejanzas a cintas conocidas, tales como Intensa-mente (Pixar, 2015) y Ralph El Demoledor (Disney, 2012), emulando a la primera en la búsqueda de comprensión y expresión de los sentimientos, y en la segunda respecto al viaje de los personajes respecto al sentido de pertenencia. El problema radica en que la película desarrolla de una manera muy pobre estos temas, desviándose en innumerables ocasiones de su objetivo inicial. En ocasiones pareciese que Sony Animation solo hizo “copiar y pegar” en el guión, mismo que no lleva a ningún lado la mayoría del tiempo, resolviendo las situaciones de la manera más cliché posible. Esto se hace aún más notorio con la evidente planicie de los personajes propuestos por la película, mismos que se muestran como arquetipos derivados por su imagen, y nada más.

     Quizá el asunto más interesante de la cinta radique en su polémico fondo. Desde el inicio del filme, se nos asegura que los emojis son “la mejor manera de comunicación”. Afirmar de una manera tan directa un asunto por demás debatible, nos evidencia que la cinta tiene una postura marcada para convencer a la audiencia sobre una tendencia de consumo. De principio a fin observamos un comercial tras otro de aplicaciones para celular, tales como Spotify y Youtube. Esto más que ser un discreto product placement, se nos presenta de una manera muy directa. Resulta además discutible la manera en la que se presenta a una generación incapaz de comunicarse de otra manera que no sea a través de los mencionados emojis. La cinta no solo muestra a una generación que ha empobrecido su vocabulario, también hace notoría una nomofobia masiva, al mostrar a una sociedad juvenil incapaz de separarse de dicha tecnología. La alarma se enciende a un nivel mayor cuando nos damos cuenta de que la película más que denunciar, utiliza la herramienta del cine para defender dichas actitudes en favor de una industria.

     Emoji La Película es una cinta llena de fallos en su estructura que tiene muy pocas cosas que contar que no se hayan dicho ya. Sin embargo, nos demuestra que el cine puede ser utilizado de múltiples maneras, aun cuando sus resultados como producto de entretenimiento dejan mucho que desear.


Calificación: 2.5/10