domingo, 31 de diciembre de 2017

Reseña: Lady Bird

Imagen propiedad de Scott Rudin Productions.

Reseña: Lady Bird

Dirección: Greta Gerwig
Género: Comedia/Drama
Año: 2017
País: Estados Unidos
Duración: 93 minutos


Por Cristhian Ponce


     Si hay una etapa que muchos recuerdan con nostalgia y vergüenza en la misma cantidad, esa es sin duda la adolescencia. Ese lapso en donde comenzábamos a definir quiénes somos, y en donde a veces solíamos creer tomar las riendas de un adulto, aunque aún pedaleábamos y caíamos como niños. Es en la última etapa de ese periodo en el que se desarrolla la trama de Lady Bird, cinta que nos revela las implicaciones de las relaciones afectivas en el nuevo siglo de la mano de los últimos días de esa complicada etapa. La opera prima de Greta Gerwig emerge como una rabieta llena de carisma y culposidad.

     La trama nos relata el último año de preparatoria de Christine McPherson (una estupenda Saiorse Ronan), misma que exige ser llamada Lady Bird en lugar de su nombre de pila. Una joven que aspira vivir fuera de Sacramento, California y vivir en lujosas casas, al igual que fantasea con la idea de poder partir al otro lado del país para estudiar la universidad.

     Desde los primeros minutos de la cinta podemos ver que Gerwig establece de manera delineada a sus personajes sin hacer juicio de valores sobre los mismos, mostrándolos como seres humanos llenos de virtudes y defectos. Desde el establecimiento de los nombres de los personajes o los lugares, vemos como las cosas van adquiriendo un significado (el que la trama se desarrolle en Sacramento no es una decisión deliberada, por ejemplo). Esto no aletarga o sobrecarga de elementos la película. La verosimilitud y completa cohesión de dichos elementos no se perciben como maniqueo o pretensiones.
Es de esa manera que la cinta va desarrollando un discurso de lo más elocuente para una generación que parece distanciarse de los demás, siendo egoístas de manera inconsciente. Cada toma y su paleta de colores rosa y marrón, así como ese curioso cuidado en la sucesión de cada plano donde vemos como las aconteceres se tornan irónicos o absurdos, revelando de manera paulatina la contrariedad en la que la sociedad y las personas conviven unas con otras. Esto lo logra gracias a un cuidado guión lleno de honestidad y soltura que muestra situaciones que se antojan anecdóticas debido a su constante y natural evasión al  cliché. Una construcción de circunstancias desenfadadas y llenas de la energía adolescente lo suficiente risibles para hacer reír a cualquiera.

La complicación las relaciones a través de sus diferentes dimensiones afectivas. El establecimiento de todo esto nos revela una preocupación por mantener la alteridad, armar una mascarada a través de la mentira para poder ser aceptados por los demás.

     Greta Gerwig nos entrega una carta honesta acerca de las abundantes cosas que se esconden tras las mascaradas, así como las demostraciones afectivas más allá de las palabras y sus vínculos a veces invisibles. Sin duda una decisión acertada fue ubicar a su personaje principal en esta etapa de la vida, ya que todo esto parece justificable para alguien de dicha edad, pero resulta cuestionable en cualquier otra, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Acaso eso no somos adolescentes cada vez que también sucumbimos ante las trampas del status-quo?, ¿No son lo mismo esos conceptos de éxito relacionados con el bienestar económico y material?, ¿Porqué mentimos? En ocasiones, en nuestro absurdo deseo por sentirnos el centro del universo,  tenemos que hacer un recorrido y tropezar en el, tan solo para darnos cuenta que las personas que más nos dan son aquellos que nos ven como realmente somos, del valor de la honestidad. Todo se trata de poner un poco de atención.


Calificación: 8.5/10




domingo, 24 de diciembre de 2017

TOP 15: Películas 2017

TOP 15: Películas 2017

Por Cristhian Ponce

     Como ya es tradición, a continuciación se presenta una lista con las que a consideración personal son las mejores películas de 2017. Antes de comenzar a leer es importante tomar en consideración los siguientes puntos:
-   Se consideraron solo películas estrenadas en México durante el periodo de Diciembre 2016 a Noviembre 2017.
-   Cabe la posibilidad de que muchas películas de suma calidad no se incluyan en el listado, la razón más obvia es que no las he visto (soy un ser humano, espero lo entiendan).


15.- Un Camino a Casa (Lion), de Garth Davis
     En apariencia es tan solo un remedo de Slumdog Millionare del director Danny Boyle (incluyendo a Dev Patel, el actor principal). Pero es ese acercamiento personal a la búsqueda de respuestas acerca de la infancia lo que el director Garth Davis logra con acierto. Discusión aparte el tema de la desaparición infantil, problemática misma que no conoce fronteras.




14.- Planeta de los Simios: La Guerra (Planet of the Apes: War) de Matt Reeves.


     Estupendo cierre de una trilogía que logra ser mucho más redonda que la saga original. No obstante, esta tercera parte brilla por mérito propio al poner sobre la mesa temas como el racismo, especismo, y equilibrio ambiental en una épica que parece nacer de un amorío prohibido entre Los 10 Mandamientos de Cecil B. De Mille y  Rambo  de Sylvester Stallone.










13.- Coco de Lee Unkrich
     El cuidado a la representación de México por parte de Pixar nos da alegría y nostalgia por igual. Sin embargo, bajo esa bella capa se esconde una historia que ya hemos visto en contadas ocasiones. Eso no disminuye el mérito de la cinta, misma que traslada de muy buena manera los hechos al contexto de una celebración por demás incomprendida fuera del país. No por nada la cinta se ha colado ya entre las favoritas del público mexicano.





12.- Voraz (Raw), de Julia Docournau
     Una película que explora de manera bastante peculiar el despertar sexual de una adolescente vegetariana que debido a diversos sucesos termina en el canibalismo. La exploración temática a través del horror esta a la orden del día, y esta cinta nos recuerda por qué lo escabroso puede ser tan eficaz para entender concepciones que no deberían serlo en absoluto.





11.- Batallas Íntimas de Lucía Gajá
     Un documental que explora de manera respetuosa e inteligente la violencia domestica vívida por diversas mujeres alrededor del mundo. La fuerza de la película emerge cuando observamos como lo representado en pantalla bien podría ser la situación de alguien a nuestro alrededor. El poder de la segunda imagen, esa que recreamos en nuestra conciencia.





10.- Estación Zombie (Tren a Busan), de Yeon Sang-Ho
     Justo en el año en que tenemos que despedir al gran George A. Romero nos topamos con una propuesta inteligente a un subgénero que parecía ya en si un muerto viviente. Lo interesante de esta cinta radica en la representación social de los sobrevivientes que viajan en el dichoso tren a Busán, así como en ese melancólico ritmo coreano para representar el horror y la tristeza que un hecho de esta naturaleza representaría. La sociedad no puede sobrevivir si no colabora contiguamente.




9.- Baby Driver (Baby: El Aprendiz del Crimen), de Edgar Wright
El famoso director inglés Edgar Wright (Shaun of the Dead, Hott Fuzz) hace su arribo a terreno hollywoodense  con un blockbuster veraniego lleno de adrenalina y diversión. Su acertada fusión musical con su frenética edición bien podría poner orgulloso a Fantasía de Walt Disney y a Rapido y Furioso por igual. Amén a su cuidado soundtrack, que bien podría ser el protagonista principal de esta cinta.



8.- Dunkirk de Christopher Nolan
     Un director amado y odiado por igual. Más allá de las pretensiones y aciertos en su carrera, hay algo que no podemos negar: probablemente no hay mejor espectáculo sonoro en 2017 como lo fue Dunkirk. La representación bélica de Nolan probablemente no sea tan profunda como Saving Private Ryan de Steven Spielberg o Thin Red Line de Terrance Malick. Mucho hay que cuestionarle a su engañosa temática (que muchos consideran pro-Brexit). Sin embargo, el ejercicio técnico esta tan bien logrado que aún nos pone a vibrar de solo recordarlo.




7.- Tu Nombre (Kimi No Na wa), de Makoto Shinkai
     La animación japonesa sigue en activo más allá de Studio Ghibli. En Tu Nombre, pasamos de una teen-love movie a un viaje en el tiempo que nos recuerda, al buen estilo japonés, los estragos de la catástrofe.



 




6.- T2: Trainspotting 2, de Danny Boyle
     Esta cinta fue una total decepción para aquellos que esperaban ver revividas las viejas glorias eufóricas de su antecesora. A pesar de ello, veinte años después, la evolución de sus personajes no podría parecer más verosímil y natural que la representada en esta secuela. Mucho más nostálgica, melancólica y pesimista. Seguramente un hit que muchos atraparan hasta llegada la edad y decepciones que los protagonistas tienen que enfrentar en pantalla.
 





5.- Blade Runner 2049, de Dennis Villeneuve
     Al igual que su predecesora, esta película se vio enfrentada a las expectativas no cumplidas por un público que esperaba todo, menos lo ofrecido en pantalla. No obstante, más allá de sus logros técnicos (la excelente fotografía de Roger Deakins, por ejemplo) la extensión de su discurso temático con relación a lo acontecido actualmente, nos arrojan nuevas e interesantes preguntas sobre lo que significa ser humano. El nacimiento de un nuevo clásico de culto que seguramente será discutido años después.




4.- Manchester by the Sea, de Kenneth Lonergan
     La pérdida y la culpa. Esta película es un recordatorio de lo difícil que suele ser abordar un pasado doloroso. Un guión cuidado en su discurso y trama que nos ayudan a entender a sus personajes que tienen que lidiar de manera solitaria dichos aconteceres. Probablemente, película más dolorosa del año.






3.- La La Land, de Demien Chazelle
     Un musical dirigido a una nueva generación, una que odiaba casi de manera general el musical estilo Broadway. Chazelle dota a su nueva cinta de un aire fresco lleno de coreografías que están lejos de ser perfectas, pero que brillan por sentirse parte de un mundo no tan lejano al nuestro. Magia y realidad para la generación Disney y que homenajea a grandes clásicos del género.





2.- Moonlight, de Barry Jenkins
     Probablemente la más aplaudida e infravalorada del año. Aunque parezca contradicción, a pesar de haber sido galardonada en diversas premiaciones, parece que la cinta no pudo conectar con gran parte del público. Los logros de Moonlight no se pueden resumir solo a unos cuantos párrafos, ya que gran parte de sus aciertos se deben a su excelente edición, fotografía y guión, los cuales dejan cabos sueltos de manera intencional para ir creando un entramaje que devela mucho, al evitar en la misma cantidad. Una dignificación de temas tabú altamente caricaturizados por la gran industria, y que a su vez, quedan en segundo plano al develar la búsqueda de pertenencia e identidad que sin importar raza, religión o preferencia sexual, nos concierne a todos como seres humanos.






1.- ¡Huye! (Get Out), de Jordan Peele.
     La ópera prima de Jordan Peele sin duda es la gran sorpresa del año. El director juguetea con la comedia y con el horror como un niño que juega con fuego y que parece que saldrá herido, y que a pesar de ello sale bien librado en todas las oportunidades presentadas. Un ejercicio que parece fácil de lograr, pero que directores como Peter Jackson no han podido siquiera terminar de lograr. Todo esto sería un logro por sí solo de no ser por su arriesgada y acertada denuncia a micro racismos vividos ya no tan solo en Estados Unidos, sino también por la sociedad moderna en la actualidad. Algo difícil de explicar pero que Peele representa de manera estupenda en pantalla. Un aire fresco para el cine norteamericano que parece no arriesgar demasiado actualmente.