viernes, 30 de diciembre de 2016

Reseña: The Truman Show

Imagen propiedad de Paramount Pictures.


Reseña: The Truman Show

Año: 1998
Duración: 99 min
Director: Peter Weir
Género: Comedia dramática
Clasificación: A

Por Cristhian Ponce

     La vida, así como una pintura abstracta, suele  tener múltiples interpretaciones. En la búsqueda de su significado podríamos definirla como un espectáculo. Y no uno cualquiera, no tan solo una simple apuesta escénica. Los momentos y situaciones que vivimos van conformando un entretejido audiovisual que nuestra mente recordara durante lo que la misma vida nos permita. Nuestra búsqueda por respuestas a nuestra existencia puede tener múltiples connotaciones. No obstante, a pesar de ello, nuestra búsqueda suele verse truncada por la representación de la realidad que nos han mostrado y por todos aquellos límites que nos van imponiendo a cada paso de nuestro andar. El director Peter Weir lo sabe y no pretende quedarse con ello en mente.

     En The Truman Show vemos como el protagonista de la historia, Truman (una de las mejores actuaciones Jim Carrey), es la estrella de un reality show en donde se transmiten todos los sucesos de su vida, emitido durante las 24 horas del día. Dichos sucesos que van desde su nacimiento hasta llegar a su actualidad como un hombre adulto. A pesar de que su vida ha sido todo un suceso para una enorme audiencia mundial que siempre está pendiente de él, Truman desconoce que todo se trata de un show televisivo. El creador del programa, Christoff (Ed Harris), ha creado un mundo para él. Un escenario, una ciudad ficticia llena de actores profesionales, mismos que fungirán como las personas que rodean la vida de Truman. Todo funciona a cabalidad, hasta el día en el que Truman comienza a dudar de la realidad en la que vive.

     La película nos recuerda sin duda al Gran Hermano, personaje creado por George Orwell para su famosa novela 1984, mismo que vigila constantemente a los habitantes de una sociedad distópica. Curiosamente en el año 1997 aparecería el show televisivo de origen holandés Big Brother, en donde se transmitía la vida de diferentes personas que vivían encerrados en una casa y en la que el público  decidía su estancia en dicho lugar. Tan solo un año después, esta cinta aparece en las salas de cine mundiales. ¿Coincidencia? Por supuesto que no. Es evidente que una sociedad se había refugiado (o deberíamos decir, dominado) completamente por la televisión. Su búsqueda por ver la vida real era suplida por un show televisivo.

     En este caso no solo hablamos de la enorme influencia de la televisión en las masas y de cómo ha permeado para el desarrollo de su visión y comprensión (Homo Videnns, como lo denominara Giovanni Sartori), sino de todo aquello que va constituyendo nuestro mundo, nuestra visión de la realidad o lo que es peor: la visión que nos han impuesto. En esa búsqueda asidua, dichos estándares podrían no satisfacernos. ¿Por qué conformarnos con la vida tal cual la tenemos?, ¿Cuáles son los límites de la existencia? 

     El trayecto carismático de Truman nos evidencia nuestra búsqueda por apaciguar nuestro endeble vivir. La música del film, compuesta por Phillip Glass, puntualiza tanto en esa emoción de vitalidad así como en ese accionar monótono de la vida del protagonista. Tal pareciese que es el comienzo del andar de un Zaratustra escrito por una pluma más optimista que la de Friedich Nietzche. Pero no hay que asustarnos. El excelso guion del film escrito por Andrew Niccol (que le mereció una nominación al Oscar), provee un  discurso accesible tanto para quien este completamente metido en los cuestionamientos filosóficos de diversos autores, así como del televidente promedio.

     Al final, solo cabe preguntarse si nuestra historia es más semejante a la de Truman y su búsqueda por las respuestas a su mundo, o a la de los televidentes que solo están dispuestos a vivirla frente a una pantalla. Cuando encontremos la respuesta, quizá podremos saludar, tal como el protagonista, y dar los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches, solo por si acaso ya no estamos aquí.


Calificación: 9/10


jueves, 29 de diciembre de 2016

Reseña: Vértigo

Imagen propiedad de Universal Pictures.

Reseña: Vértigo

Año: 1958
Duración: 128 min
Director: Alfred Hitchcock
Género: Thriller psicológico/Romance
Clasificación: B


Por Cristhian Ponce


     El maestro del suspenso. Así llamaban a un tal Alfred Hitchcock, un director de cine de origen británico que había logrado consolidarse como un mago del montaje y la edición para la pantalla chica con su afamado show “Hitchcock Presents” y que posteriormente había logrado trasladar de forma magistral su concepto artístico al cine en cintas magistrales como “Psycho” y “Rear Window”. En esos trabajos, Hitchcock ya había demostrado y sentado las bases de lo que el cine podía lograr si se llevaba su lenguaje al límite. ¿Qué más podría hacer? Seguir afrontando los temores más internos que aquejan al ser humano. El maestro debía continuar en el arte de la cámara, el buen Alfred tenía que hacer “Vertigo”.

     En esta cinta vemos como Scottie Ferguson (James Stewart) es un ex–detective retirado quien es contratado por Gavin Elster (Henry Jones) un hombre desesperado por el bienestar de su esposa Madeleine Elster (Kim Novak) de quien hay dudas de si está teniendo un contacto extraño con una mujer del más allá o de si se encuentra perdiendo la cordura. Scottie deberá vigilar lo que la joven y bella Madeleine haga, lidiando también con un gran problema: la acrofobia (ataques de vértigo, miedo a las alturas) misma que padece Scottie.

A simple vista, y a juzgar por el nombre de la cinta, podríamos asegurar que la película abusara del temor a las alturas del protagonista. Tremendo error. Hitchcock conoce ese aspecto sobremanera y lo utiliza a su favor. Vértigo es una cinta que funge como una master-class de cine a un público que ha cedido a las obviedades propuestas por los filmes que nos bombardean actualmente. El director no abusa de los recursos del suspenso, los usa inteligentemente en momentos clave, volviendo a dichos momentos en sucesos memorables. Sabe en qué momento cambiar de toma e intercalar en el montaje y la edición una sucesión de imágenes que transmitan una emoción, una tensión fantasmal que va in crescendo. No hablamos solamente del uso magistral del zoom-out (alejamiento de la cámara) usados en primera persona y que nos transmiten de manera impactante el terror a las alturas que aqueja al protagonista, sino también nos referimos de esos cuadros románticos, cada toma pictórica, imágenes que nos transmiten sensaciones que nos eriza la piel. Y es que hay que entender algo: Vértigo va más allá del temor a las alturas, su idea nos confronta a temores mucho más profundos, a cosas que no queremos aceptar debido a lo dolorosas que pueden ser, como afrontar que los seres que más amamos no son quienes nosotros pensamos.

La cinta hace gala de un magnifico guión que desarrolla a sus personajes hasta hacerlos entrañables, con frases que recordaremos la vida entera, que nos recordaran nuestras propias vivencias de nuestra a veces absurda realidad. La excelente música de Bernard Hermann adereza e intensifica tanto la tensión como el palpitar del corazón dirigido por la pasión de los personajes. Y es que la química entre Novak y Stewart es evidente desde sus primeras apariciones en pantalla, mismos que demuestran porque son estrellas inmortales que se quedarán en el infinito del siempre presente arte del celuloide. Eso solo hace que los hilos conductores del filme vayan hasta el límite, llevándonos al filo de un idilio que es difícil de explicar, que no se consuma, que se intensifica a cada instante.

Amores prohibidos, el tener que afrontar nuestras obsesiones amorosas. ¿Amamos acaso solo una ilusión de lo que son las personas?, ¿Realmente queremos a las personas por quiénes son?, o peor aún: ¿Estamos dispuestos a que nos acepten tal cual somos? La narrativa de la película es una poética bizarra que resulta extrañamente hermosa, completamente bella.


Nadie que se haya enamorado profundamente afrontaría la perdida con facilidad. Afrontar que lo que se encontraba entre nosotros ha desaparecido para jamás volver nos puede atormentar perpetuamente. El simple hecho de imaginarlo nos da pavor, nos eriza la piel. Por eso le llamaban el maestro del suspenso, por mantener la tensión en los momentos más insospechados. Por revelarnos aquellas cosas que no queremos afrontar, pero que nos hacen crecer como individuos cuando reflexionamos sobre ellas. Ese es el verdadero vértigo, las caídas que realmente nos duele afrontar.

Calificación: 10/10


jueves, 3 de noviembre de 2016

Reseña: Persona


Reseña: Persona

Director: Ingmar Bergman
Género: Drama
Duración: 85 min.
Año: 1966

    El cinematógrafo se enciende. Del flash y las luces aparece una animación de una mujer lavándose en el río, seguido de imágenes de la muerte de un borrego con la mirada pérdida. De la fulgurante sangre, un martillo entierra los clavos a Cristo.  Imágenes que producen desconcierto, pero que adquieren un sentido, al ver como un niño lentamente se acerca a la imagen del rostro de una bella mujer. Es el cine de Ingmar Bergman, un cine que va más allá del aspecto visual. Un cine que busca de manera fantástica la introspección del ser.

    El cineasta originario de Suecia, nos lleva en su cinta Persona a un recorrido sin igual en el que vemos como una bella actriz llamada Elizabeth Vogler (Liv Ullmann) es hospitalizada después de olvidar sus diálogos en mera puesta en escena. Será la joven Alma (Bibi Andersson), una bella enfermera, quien se encargará de cuidar de la actriz. Será durante este periodo en el que se producirá un fuerte lazo entre ellas, uno en el que la intimidad va más allá del deseo sexual. Uno en el que la identidad del ser se pone en tela de juicio.

    Las actuaciones cumplen cabalmente y el discurso de Bergman siempre es claro. El cineasta, también director de las cintas El Séptimo Sello (1956) y Fresas Salvajes (1957), por mencionar algunas, nos lleva en un conjunto donde la edición, los constantes close-up y la poética existencialista del guión nos hacen interrogar no solo la identidad de los personajes, si no que imprimen en la fibra sensible de quien la ve, emociones que nos evidencian nuestra lucha en los rincones solitarios de la vida. La aceptación, asumir nuestros fatídicos errores, confrontar en el espejo nuestra desnudez emocional.

Es su aspecto onírico de la cinta, en sustancia, surreal, el que provoca desconcierto. Y esto solo eleva el discurso de la cinta. Tal parece que Bergman plasma sus inquietudes para hacerlas parte del colectivo que se atreva a mirarlas, en su búsqueda no solo de una respuesta, si no buscar quien se identifique con ellas. Sus cintas no se parecen a ninguna otra, así como los seres humanos, en teoría, no debiésemos ser nadie más.


Calificación: 10/10


jueves, 21 de julio de 2016

Reseña: Los 400 Golpes (Les 400 Coups)

Imagen propiedad de Les Films du Carrosse, todos los derechos reservados.


Reseña: Los 400 Golpes (Les 400 Coups)

Año: 1959
Género: Drama
Clasificación: B
Duración: 99 min.

Por Cristhian Ponce

      La preocupación nace con la adultez, bueno, por lo menos así lo consideramos la mayoría. Tal pareciera que hemos olvidado aquello que nos aquejaba día y noche en nuestra infancia, claro que quizá lo que nos hacía pensar durante largo tiempo no es lo que nos aqueja hoy día, tal vez eran esas ansías por jugar, por vivir la vida a nuestra propia manera. ¿Qué es lo que nos a desconectado de aquello que alguna vez fuimos? Los nubarrones mentales han alienado esa naturaleza que nos hacía preguntarnos ¿A dónde pertenezco, que hago aquí? Hemos desprestigiado esa búsqueda que quizá era inocente al tratarse de la infancia. Quizá hayamos perdido el rumbo en nuestra transición a la adultez, pero eso no evita que esa búsqueda por el lugar propio sea innecesaria para nuestro espíritu, para nuestra existencia.

      Francois Truffaut es un cineasta de probada habilidad para transmitir de manera perfecta ese sentimiento de búsqueda del sentido de pertenencia. En Los 400 Golpes observamos a Antoine Doinel (Jean-Pierre Leaud) un niño que se encuentra en los primeros años de la adolescencia. Antoine enfrenta dificultades para prestar atención en la escuela, a la par de que en casa tendrá que lidiar con los problemas matrimoniales de sus padres, por lo cual opta por salir continuamente de su hogar y de sus clases para divertirse en la feria y salir con un amigo suyo a comer golosinas, sin prever todas las cosas que le tendrán que suceder debido a sus actos. Una historia plasmada con singularidad por Truffaut, esto debido a que no rebaja su discurso a un sermón que pretenda ser doloroso o regañón con la situación del protagonista, su labor es más parecida al retrato y a la contemplación de la situación de los personajes.
      El film se centra de manera brillante en la introspección, mostrándonos lo que los cambios de una etapa de la vida a otra conlleva, a su vez que nos muestra cómo es que solemos hacer caso omiso de lo que los seres humanos que nos rodean suelen vivir. Es imposible no empatizar con Antoine, con su búsqueda de su lugar en el mundo. Las personas que lo rodean parecen no entender en lo absoluto al protagonista, y lo que es peor, son prejuiciosos sobre sus actitudes, reflejando a su vez un desinterés por comprender su situación.

        La destreza de los planos secuencia ofrecidos en la cinta nos habla del cuidado montaje del film, mismo que nos ayuda a percibir esa sensación sofocante o la búsqueda de la libertad del ser. El conjunto es sin duda una poesía audiovisual digna de ver y que nos harán ver la pantalla de principio a fin.

        Los 400 Golpes es sin duda una película imprescindible en la historia del cine. Con su espíritu único nos recuerda nuestro estrato como seres humanos, el tener en estima la infancia olvidada, nos hace anhelar el tan esperado lugar al que pertenecemos como seres libres, tal fuéramos gaviotas que surcan a la orilla del mar, contemplando la belleza sin preocupación alguna.


Calificación: 10/10


domingo, 17 de julio de 2016

Reseña: Bajo la Piel (Under The Skin)

Imagen propiedad de StudiCanal, todos los derechos reservados.
Reseña: Bajo la Piel (Under The Skin)


Año: 2013
Género: Ciencia Ficción/Horror
Clasificación: R
Duración: 108 min.

Por Cristhian Ponce

      Las emociones e instinto humanos nos transpiran en cada diminuto segundo transcurridos, son cuestiones incontrolables que tanto nos pueden llevar al éxtasis del placer como a la catástrofe, aunque claro, no siempre se manifiestan visibles para el mundo de una manera contundente. Por eso, artilugios propios de la seducción y la lujuria parecen ser propios de los seres humanos y su intencionalidad puede variar según las utilice. Razonar y reflexionar ante cosas propias del ser nos abruma, esto debido a nuestra naturaleza espiritual, aun con ello con solo verlo nos ayude a comprender nuestra naturaleza salvaje.

      En Bajo la Piel, película dirigida por el cineasta Jonathan Glazer, vemos como un ser de origen alienígena adopta el cuerpo de una hermosa mujer. Con su nueva forma física conducirá una furgoneta por las calles de Escocia, en las que seduce a hombres que encuentra en el camino, todo ello con una oscura intención, tan misteriosa como la mujer que conduce el auto. La cinta es una adaptación de la novela homónima del escritor Michel Faber. El lenguaje del filme se inclina completamente por el rubro audiovisual, ofreciendo un trabajo sobresaliente en esa área.

      El film crea una atmosfera basada en la soberbia fotografía de Daniel Landin, que remarca los colores y siluetas de los personajes, esto aderezado con la música de Mica Levi, que con su tono minimalista van creando un hilo conductor que seduce a los sentidos, mostrándonos un horror que extrañamente resulta agradable a la vista.

       En ocasiones el film nos recuerda a cintas como 2001: Odisea del Espacio, esto debido a su uso de colores y apuesta por la narrativa silente en la mayoría de las escenas. Pero la naturaleza de este filme nos atrapa de manera distinta, debido a que la historia narrada deambula en mostrar las sensaciones humanas, lo referente a tener vida, todo mostrado de manera inteligente.

        Bajo la Piel es una cinta que vale la pena ver, que incluye una de las mejores interpretaciones en la carrera de Scarlett Johannson. Preguntándonos que yergue debajo de la piel, observando mientras se eriza la nuestra.


Calificación: 8.5/10


viernes, 15 de julio de 2016

Reseña: Buscando a Dory (Finding Dory)

Imagen propiedad de Disney/Pixar, todos los derechos reservados.

Reseña: Buscando a Dory (Finding Dory)

Año:2016
Género: Animación
Clasificación: A (Apta para todo público)
Duración: 145 min.

Por Cristhian Ponce

       El profundo océano color azul, un lugar inmenso que no ha sido explorado en su totalidad y que nos maravilla con su multicolor de especies. Aprovechando ese magnífico escenario, el estudio Pixar nos trajo en 2003 la aventura del pez payaso Marlín, en su odisea para encontrar a su hijo perdido Nemo con la ayuda de una olvidadiza pez cirujano llamada Dory. El estudio padre de otras obras reconocidas de la animación moderna tales como Toy Story o Up: Una aventura de altura nos entregó una cinta emblemática y emotiva que sigue entreteniendo a chicos y a grandes con un gran mensaje sobre la paternidad. Ahora 13 años después, el estudio nos trae la secuela, esta vez, enfocándose en la búsqueda de Dory.

        El argumento de la cinta nos muestra a una Dory que ha recordado que tenía una familia y que debido a su condición habiá olvidado por completo, por lo cual despierta en ella un interés en ir por su búsqueda. En esta ocasión la travesía llevara a Nemo, Marlín y Dory en un viaje que los llevara directo a un acuario, del cual deben salir, a su vez de encontrar el hogar de Dory. El planteamiento de la película se muestra sencillo por lo cual cualquiera podrá adentrarse sin problemas en la película. La historia se apoya a través de flashbacks que nos ayudan a entender el trasfondo de los personajes centrales, además de que la cinta apuesta por un ritmo más frenético en comparación de la primera entrega, haciéndose notar que Pixar respeta el universo que ha creado, pero opta por darle un espíritu de cinta individual que le otorga carisma al film.

          La animación es impecable. Sin duda de no ser porque los personajes poseen rasgos caricaturescos fácilmente podríamos confundirlos con animales reales. La música de Thomas Newman otorga un ambiente ameno y adecuado al ritmo de las escenas, dando frenetismo, drama e incluso comedia necesarios para el impulso del film.

          Por otra parte es importante mencionar que si bien, la cinta tiene su dosis de emotividad, no debemos esperar el mismo tipo de carga emocional de su antecesora. El film dirigido por Andrew Stanton apuesta por mostrar varias capas que nos muestran una búsqueda que va más allá de lo físico, una búsqueda de respuestas relacionadas con nuestro ser, para encontrar la definición de lo que es el hogar, de lo que realmente somos y de lo que nos importa. Si bien la primera se trataba sobre un padre y un hijo, esta apuesta más por el autodescubrimiento. Es importante también mencionar la manera en como la cinta maneja de manera sutil y efectiva un mundo acuático constantemente amenazado por los peligros ambientales, y la manera en como estas creaturas viven en estos lugares (acuarios) que procuran darles una estancia temporal. La concientización a través del reflejo solo mostrado por las imágenes sin duda habla de poder del lenguaje cinematográfico para el espacio de la reflexión.

          Buscando a Dory no supera a su antecesora, pero es sin duda una cinta animada que vale la pena ver. Una digna secuela que va más por el camino de Toy Story 2 que de Cars 2.

P.D: Fanáticos sin duda apreciaran la escena pos créditos.


Calificación: 8/10


martes, 12 de julio de 2016

Reseña: Embriagado de Amor (Punch-Drunk Love)

Imagen propiedad de New Line Cinema, todos los derechos reservados.

Reseña: Embriagado de Amor (Punch-Drunk Love)

Año: 2002
Género: Drama/Romance
Clasificación: R
Duración: 95 min.

Por Cristhian Ponce

       
       La soledad de un ser humano no depende solamente de la falta de acompañamiento, la cuestión es más compleja aunque aparentemente no lo sea. En ocasiones, es más bien falta de comprensión, aislamiento de lo que nos rodea. La situación de Bary Egan (Adam Sandler), el personaje central de este film dirigido por Paul Thomas Anderson (Magnolia, There Will Be Blood) es sumamente peculiar. No hablamos solamente de su obsesión por comprar pudín de chocolate para obtener millas de viajero frecuente de manera gratuita o de como Barry constantemente pronuncia las palabras de manera incorrecta, sin duda es la difícil manera en la que él tiene que tratar con el mundo que le rodea lo que evidencia su crisis.

       La película nos cuenta la historia de Barry, quien se aventura en un nuevo negocio personal a su vez que es acosado constantemente por sus hermanas, quienes constantemente lo presionan a comenzar una nueva relación y que además no le tratan con la seriedad debida. Barry lidia con la soledad haciendo llamadas a servicios de “Sex-Line”. En ese periodo de tiempo conocerá a una hermosa mujer con la que comenzará a relacionarse, pero las cosas no serán tan sencillas para Barry.

       La atmosfera de la cinta nos atrapa de inmediato. La crisis nerviosa de Barry se acentúa con la magnífica música de Jon Brion, que conjugada con la fotografía de Robert Elswit nos transmite esa sensación de inquietud e inestabilidad que se respira en cada escena. Por ello es importante no engañarnos con el título de la cinta, esto debido a que podríamos creer que la cinta se trata de una clásica comedia romántica. Punch-Drunk Love no va en esa dirección, Anderson nos da una cinta que explora la crisis de la soledad en un mundo indispuesto a entender a los demás, todo ello mostrada de una forma interesante, con las geniales actuaciones de su reparto confomado por Emily Watson, Phillip Seymour Hoffman y quizá la mejor actuación en la carrera de Adam Sandler.  Una cinta que nos invita a comprender, aunque la palabra a veces se quede corta.


Calificación: 8.5/10


lunes, 11 de julio de 2016

Reseña: Match Point

Imagen propiedad de Dreamworks, todos los derechos reservados.

Reseña: Match Point

Año: 2005
Género: Drama
Clasificación: R
Duración: 126 min.

Por Cristhian Ponce

        En un partido de tenis, la pelota suele quedar suspendida entre la red. A pesar de que esta queda en el aire de manera vertical, la bola termina cayendo de un lado u otro dándole un punto a un jugador y negándoselo al contrincante. ¿Qué fuerza mueve la balanza?, ¿Qué es lo que decide de qué lado debe irse esa pelota? El escritor y director Woody Allen se hace esta pregunta y nos la arroja en forma de película. Su nombre es Match Point.

       La cinta nos cuenta la historia de Chris Wilton (Jonathan Rhys Meters) quien es un joven exjugador profesional de tenis que ahora se dedica a ser instructor del mismo deporte. En el club en el que labora conoce a Tob Hewett (Matthew Goode) con quien entabla amistad. Pasado el tiempo, Chris conocera a la hermana de Tob, con la que comienza una relación. Sin embargo, es la novia de Tob, Nola Rice (Scarlett Johansson), una bella y sensual mujer que termina por atraer de manera magnética a Chris. Desde ese punto las cosas se irán complicando para el joven tenista.

       Woody Allen tiene una habilidad extraordinaria para el desarrollo de sus personajes, debido a que la psique de los mismos es notoria entrados unos minutos de metraje. La manera en la que la trama se desarrolla deja en evidencia de manera sutil la filosofía de Allen que nos revela que el la suerte juega un papel muy importante en un mundo donde ni el destino, ni la justicia divina parecen existir, todo se inclina a través de una fuerza inexplicable de atracción. A su vez, la situación entre Chris y Nola, víctimas de tal fuerza invisible que les supera, la cual imprime una atmosfera atrapante para el film, siempre dejándonos al filo de su idilio.
     
      La fotografía de Remi Adefarasin nos lleva a una Inglaterra que deseamos visitar, a la vez que las actuaciones cumplen cabalmente en transmitir naturalmente la situación planteada. Pero no hay que engañarse, la cinta no es un parlamento fantasioso alejado de nuestro mundo. Todo parece encajar en nuestra realidad y nos hará cuestionar si la en realidad existe una balanza tal cual, que es lo que decide de qué lado se inclinan las cosas.


Calificación: 9/10


sábado, 9 de julio de 2016

Reseña: Belleza Americana (American Beauty)

Imagen propiedad de Dreamworks, todos los derechos reservados.

Reseña: Belleza Americana (American Beauty)

Año: 1999
Género: Drama
Clasificación: R
Duración: 122 min.

Por Cristhian Ponce


       Hay cosas traducibles a un contexto literal, cuales podemos encontrar en un diccionario y definir en un planteamiento definitivo. Sin embargo, hay otras tantas en las que la misma palabra rebota en nuestro consiente tratando de aterrizar el concepto, y en el que aun cuando parece que encontramos un sentido lógico, el mismo puede diferir de lo que la sociedad o nosotros mismos creíamos. Tales palabras parecen no conducir a ningún lado, pero cuando se nos pregunta ¿Qué es la belleza? Más vale razonar la pregunta, aun cuando damos por sentada la respuesta, esta puede ser multivariada.

     En Belleza Americana vemos la historia de un hombre llamado Lester Burnham (Kevin Spacey), quien trabaja como ejecutivo de publicidad, mismo empleo que le otorga muy poca satisfacción. Su esposa, Carolyn (Annette Bening) trabaja de agente inmobiliaria; ella es una mujer ambiciosa que vive obsesionada con la figura del éxito y las posesiones materiales. Ambos son padres de Jane (Thora Birch), quien es una joven de secundaria que vive atrapada en sus inseguridades. El matrimonio vive en una crisis, misma que se verá afectada cuando Lester conoce a la bella amiga de Jane, Angela Hayes (Mena Suvari), misma con la que Lester comienza a obsesionarse.

      La cinta hace goce de un espectacular guion escrito por Alan Ball, mismo que se hace valer de una excelente narrativa llena de diálogos inteligentes y un tono que rosa entre el drama y la comedia negra. Las excelentes actuaciones del reparto hacen que las situaciones vividas por los personajes sean empáticas y su evolución nos parezca por demás conmovedora, amén de la extraordinaria actuación de Kevin Spacey quien hace gala de su labor histriónica valiéndose la mayoría del tiempo de micro expresiones utilizadas de manera soberbia.

        El conjunto de valores ofrecidos por Sam Mendes (director del filme) acompañados de una excelente foto de Conrad L.Hall, conforman una obra que ofrece una mirada a través de los estereotipos de la belleza que no siempre terminan por satisfacer nuestra necesidad humana, ataduras a un sufrimiento innecesario, mismo que Mendes presenta de una manera peculiar. Las cuestiones en la cinta son profundas, nos invitan a voltear la mirada a lugares que solemos ignorar, en lugares aparentemente invisibles, sitios donde la belleza parece brotar como la miel, todo ello con un carisma único. Los conceptos no son totales, por lo tanto vale revalorar aquello que creíamos definido en pro de nuestro propio espíritu, deshaciéndonos de las ataduras  de nuestra artificial felicidad.

Calificación: 10/10
       

Reseña: La Leyenda de Tarzán (The Legend of Tarzan)

Imagen propiedad de Warner Bros., todos los derechos reservados.



Reseña: La Leyenda de Tarzán (The Legend of Tarzan)

Género: Acción/Aventura
Clasificación: B
Duración: 110 min.

Por Cristhian Ponce.

    El hombre que creció entre los animales, el rey de la selva. La obra del escritor Edgar Rice Burroughs ha tenido múltiples adaptaciones que van desde las clásicas adaptaciones en blanco y negro hasta llegar a las versiones animadas donde la música apunta el ritmo de la jungla. La historia de Tarzán llega ahora a la pantalla grande de la mano del director David Yates para hacernos columpiar entre las lianas, bueno, se supone esa es la intención.

     En esta nueva adaptación nos adentramos en el año 1889, en el momento en la que la República del Congo se encontraba en una crisis política y económica, mismo que orilla a que distintas facciones traten de obtener riqueza de maneras no tan lícitas. Es en ese contexto donde vemos como John Clayton III se ha convertido en un hombre civilizado, el hombre que fuera conocido como Tarzán alguna vez ahora vive en un castillo donde ha dejado atrás la vida salvaje. Las piezas giran de tal manera que John tendrá que volver a la selva y salvar lo que alguna vez fue su hogar.

      La cinta pretende aparentar en un comienzo ser un acercamiento más serio a una historia que ya conocemos. De inicio, el planteamiento político ofrecido por el filme parece inclinar la historia hacía rumbos más oscuros, pero la pretensión se diluye entrados unos minutos de metraje, esto debido a que el guion de la cinta deja de lado los discursos acerca de la esclavitud y la moral militar y económica de la época para centrarse en la relación de Jane y Tarzán. La historia se narra en constantes idas al pasado y al presente mostrado en la cinta que nos ayudan a entender el trasfondo de los personajes principales. El argumento no es claro y las motivaciones de los personajes no son explicadas con eficacia. Esto se nota con mayor notoriedad en el personaje de Christoph Waltz, el cual es reducido a un simple villano intrascendente carente de dimensiones, una verdadera lástima dado que el esfuerzo del actor es notorio y los momentos en los que la cinta hace gala de su calidad histriónica son fugaces. Mismo caso el de Samuel L. Jackson, debido a que la función de su personaje se siente innecesaria, un desperdicio de dos estupendos actores que tratan de llevar el show a buen cauce, siendo realmente el problema el guion del filme. Todo lo anterior hace que la cinta se sienta como una producción hollywoodense de las que sobran actualmente.

     El despliegue visual de la cinta es sin duda su punto más alto, dado que sus efectos visuales están muy bien logrados y verlos en pantalla resulta un deleite. Las escenas de acción del filme si bien, no son un parteaguas, dotan al filme de la potencia necesaria para considerarle un blockbuster competente. Dichos puntos pierden fuerza cuando el ritmo logrado por dichos momentos se ve entorpecido por innecesarias escenas que tratan de dar dramatismo en el momento menos indicado, rompiendo el hilo conductor que se había logrado para ofrecer calma de manera ineficaz y olvidable.

     Esta nueva versión está lejos de llegar a convertirse en un rival digno de las anteriores adaptaciones de Tarzán, y que apenas se mantiene a flote gracias al despliegue visual y al carisma de su elenco.

Calificación: 5.7/10


sábado, 2 de julio de 2016

Reseña: La Era de Hielo: Choque de Mundos (Ice Age: Collision Course)

Imagen propiedad de 20th Century Fox, todos los derechos reservados.


Reseña: La Era de Hielo: Choque de Mundos (Ice Age: Collision Course)

Género: Animación
Clasificación: A
Duración: 95 min.

Por Cristhian Ponce
    

     En el año 2002, un joven director llamado Chris Wedge y un prometedor estudio de animación llamado Blue Sky nos trajeron las desventuras de una ardilla que no logra su objetivo de enterrar su bellota a su vez de que un tigre dientes de sable, un mamut y un perezoso intentan regresar a un bebe humano con su familia, travesía ocurrida en un mundo blanco y cubierto de nieve, en la llamada Era de Hielo.

      Ahora, 14 años después llega la quinta entrega de la ahora serie, y muchas cosas han cambiado desde aquella primera entrega, no todas en beneficio para su universo. En esta nueva aventura la manada se prepara para celebrar el matrimonio de Morita, la hija de los mamuts Manny y Ellie, con Julian, un mamut que lucha por la aprobación de su suegro. Esto aunado a la llegada de un asteroide que amenaza con destruir la vida del planeta, por lo cual tanto los mamuts, el tigre Diego, el perezoso Sid y demás personajes tendrán que unir sus fuerzas para evitar la catástrofe.

       La trama de la cinta se pierde rápidamente en un guion más interesado en ofrecer chistes que carecen de originalidad y que aportan poco a la trama, la cual se pierde en el nulo progreso de los personajes. La cinta no se esfuerza en lo absoluto en ofrecer momentos que nos hagan empatizar con las vivencias de los mismos. Atrás quedaron momentos en los que un mamut incomprendido encontraba empatía en un bebe, para ofrecernos un festín de situaciones que se reducen a reutilizar una y otra vez los mismos artilugios de chistes baratos que difícilmente arrancaran carcajadas incluso de los más pequeños. Los chistes sobre la ardilla Scrat se sienten tan gastados que verlo surcar el espacio denota la falta de ideas sobre el mismo, evidenciando una crisis creativa hacía una serie que se mantiene vigente solamente por la cantidad de taquilla que sigue generando.

     La película no es un completo desastre, puesto que aún se mantiene como un producto entretenido a ratos, pero que está lejos de lo propuesto por las cintas animadas de la actualidad, incluso del mismo estudio. Blue Sky parece olvidar lo logrado en cintas de su propia manufactura tales como The Peanuts Movie, Rio, Horton Hears a Who e incluso el primer filme de Ice Age, dando con ello pasos hacia atrás en beneplácito de una taquilla fácil. El cine animado tiene un potencial enorme en la manera en que logra transmitir un imaginario que es solamente posible mediante dicho medio, capturando tanto a pequeños y a grandes, pero cuando se subestima su valor termina por ser un producto tan olvidable como un cubo de hielo en un refresco.



Calificación: 4/10


viernes, 17 de junio de 2016

Reseña: Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos

Imagen propiedad de Universal Pictures, todos los derechos reservados.


Reseña: Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos

Género: Fantasía
Clasificación: B
Duración: 123 min.

Por Cristhian Ponce.

    Desde su aparición en el año 1994 Warcraft se convirtió en un fenómeno. El videojuego desarrollado por el estudio Blizzard  popularizo el género de estrategia en tiempo real trayendo un esquema de juego novedoso y divertido que rápidamente se colocó en el gusto de los video jugadores. Día a día se añaden nuevos fanáticos, esto debido a que el universo de la serie crece continuamente y el día de hoy el videojuego de la marca World of Warcraft es uno de los más jugados en el mundo.

    Mucho del encanto de la serie se debe a su mitología llena de magia y enfrentamientos épicos entre creaturas fantásticas. Toda su historia comienza narrándonos la guerra suscitada entre orcos y humanos, una epopeya inspirada en relatos como los de Tolkien o las historias fantásticas de la edad media. Con todos estos elementos en mente y la pronunciada popularidad de la serie, llega a la pantalla grande Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos. Tristemente no le hace justicia.

     El filme dirigido por Duncan Jones comienza por contarnos la historia de una pareja de orcos que esperan el nacimiento de su hijo, esto durante una inminente guerra en la que una magia oscura enemistara a orcos y humanos. La cinta se desploma con facilidad. Apenas entrados unos minutos de metraje la cinta parece extraviarse en un abismo, debido a que jamás son claras las motivaciones de los personajes y el universo no se comprende del todo. Solo aquellos que tengan un conocimiento previo con la serie podrán sentirse familiarizados, el resto del público tendrá que sacar sus propias conjeturas. Por otro lado, el ritmo se vuelve lento debido a su montaje carente de sentido estético y cuando llega la hora de los enfrentamientos estos resultan completamente intrascendentes. El hilo narrativo es tan pobre que es imposible sumergirnos en lo presentado en pantalla. Y las actuaciones no parecen ayudar demasiado, ya que el cast parece no tomarse las cosas muy enserio, salvo las actuación de Paula Patton quien interpreta a Garona, una mujer orco, que si bien no ofrece una actuación memorable, cuando menos no cae en la sobreactuación.

     Ni siquiera el despliegue de efectos especiales salva al filme. El abuso de CGI y su utilización parece digno de serie noventera, por lo mismo, hace que los efectos resulten risibles en ocasiones, aun a pesar del enorme esfuerzo invertido en la creación de los orcos que quizá sea lo mejor del filme, debido a que el diseño de personajes en general es respetado y luce bastante bien.

     Warcraft es una muestra más de lo que Hollywood puede hacerle a una franquicia solo cuando todo se invierte en la búsqueda de dinero y no en el amor al arte fílmico. Sin duda una adaptación de la que habrá que tomar nota: su cumulo de fallos evidencian una crisis creativa que trabaja al servicio de las grandes productoras.


Calificación: 3/10



martes, 14 de junio de 2016

Reseña: El Callejón de los Milagros

Propiedad de Alameda Films, todos los derechos reservados.

Reseña: El Callejón de los Milagros

Año: 1995
Género: Drama
Clasificación: R
Duración: 144 min.

Por Cristhian Ponce.

   Las ilusiones colman la existencia humana, como un recipiente que se llena gota a gota del cuál bebemos todo su líquido y que transpiramos con pudor, ellas hacen de nuestro vivir un imaginario que antojamos verdadero. Y no se trata de idealizar cosas alejadas de nuestro mundo, si no de aquello que hará de nuestra vida un lugar tranquilo, lo que necesitamos para amortiguar la dura realidad que nos ha tocado vivir. Quizá por eso verlas quebrajarse nos desmorona con facilidad, nos recuerda que seguimos viviendo en el mundo que siempre hemos habitado.

    El Callejón de los Milagros del director Jorge Fons nos lleva a ese barrio donde seres humanos viven contiguamente peripecias en su búsqueda por sanar el dolor de su existencia. Pero no hay que engañarnos. Los personajes no viven alejados de nuestra realidad.  Son aquellos que luchan día a día para poder vivir, quienes tienen un trabajo humilde y que viven entre la línea que divide a la pobreza y una vida más abundante.

    Vicente Leñero, que no se diga más, es una de las figuras literarias más importantes de México, adapta al contexto nacional la obra del escritor egipcio Naguib Mafhuz para traernos un guion excepcional lleno de personajes memorables y humanos, narrando sus historias de manera alterna. En el film vemos como Don Ru (Ernesto Gómez Cruz), quien es dueño de una cantina donde varios personajes van a divertirse, tiene que lidiar con sus problemas hogareños en su búsqueda de algo que le haga vivir nuevas emociones. Almita (Salma Hayek) una bella joven que busca iniciarse en el tortuoso camino del amor, y a Susanita (Margarita Sanz) la mujer dueña del lugar donde todas estas personas viven, y que a su vez espera ansiosa la llegada de un nuevo amor.

    Será por el cumulo de sus supersticiones ligadas a adivinación o las limpias realizadas por la madre de Alma a todos los vecinos, o quizá por el constante anhelo de una vida mejor en la que se ven inmersos la mayoría de los personajes. El Callejón de los Milagros más que un sitio en la Ciudad de México parece ser más bien un refugio mágico donde la realidad tarde o temprano alcanza a sus protagonistas. Y la realidad, sobra decirlo, dista mucho de ser un antídoto a la existencia.

      No importa en qué lugar del mundo estemos, ni el contexto en el que nos encontremos: el anhelo y la desilusión humanos son parte importante de nuestra perpetuidad. Es ahí donde se encuentran los milagros, en disfrutar y sufrir.


Calificación: 8.7/10



viernes, 10 de junio de 2016

Reseña: The Revenant (El Renacido)

Imagen propiedad de 20t Century Fox, todos los derechos reservados.

Reseña: The Revenant (El Renacido)

Género: Drama histórico.
Clasifiación: R
Duración: 153 min.

      ¿Con que energía volveríamos a la vida cuando se nos ha arrebatado hasta el aliento? Como seres humanos formulamos cuestionamientos para problemáticas que nosotros mismos hemos creado. Para ahondar y encontrar la solución hace falta emprender viajes extraordinarios que nos hagan abrir bien los ojos subyugando las heridas que aun cicatrizan, en la búsqueda por la paz interior.

      Con The Revenant, el director Alejandro Gonzalez Iñarritu nos entrega una visión oscura de un mundo desolado y abatido por la violencia en el contexto de los primeros años de los Estados Unidos, en donde la sobrevivencia de los habitantes se debe a la recolección de pieles de animales salvajes, por lo cual se emprenden expediciones en las que varios hombres colaboran. La paz de los mismos se ve amenazada por los constantes ataques de los indios sioux, quienes reclaman lo que les fue arrebatado de manera sangrienta. La cinta nos introduce inmediatamente a ese ambiente desolador en donde los humanos hacen lo que sea por sobrevivir, y en donde el dolor se esparce como la sangre en el agua.

Imagen propiedad de 20th Century Fox, todos los derechos reservados.

       Es ahí donde Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) guía a un grupo de hombres por el camino de vuelta al campamento donde viven debido a que es el único que conoce la ruta de regreso. Glass viaja junto a su hijo Hawk (Forrest Goodluck), quien recibe constantes insultos derivados del desprecio hacia sus orígenes y rasgos indios. Durante el trayecto el guía sucumbe a los ataques de un oso grizzly, el cual lo deja sumamente moribundo. El grupo al que guiaba decide dejarlo con la única condición de que haya hombres que cuiden de él.  El joven Jim Bridger (Will Poulter) y John Fitzgerald (Tom Hardy) deciden cuidar de él, para después abandonarlo en la deplorable condición en la que este se encontraba. Lo anterior sirve como punto de partida para el doloroso viaje que Hugh Glass tendrá que emprender.

       Leonardo DiCaprio ofrece una actuación soberbia al reflejar todo el sentir de Glass con tan solo la gesticulación de su rostro, con solo ver su mirada podemos acompañarlo en la pena que le embarga. Tom Hardy no se queda atrás en la labor histriónica interpretando a un hombre tirano que ha perdido la sensibilidad. La cinta basa su lenguaje casi completamente en la orquestación de la espléndida fotografía de Emanuel Lubezki, quien nos muestra a luz natural la belleza de un mundo que se ve amenazado por la bestialidad del hombre. Sin duda es por ello que la cinta logra transmitir en cada toma una invitación a la reflexión introspectiva, un viaje espiritual en que somos llevados al compás de la música compuesta por Ryuichi Sakamoto y Alva Noto, la cual resalta el trayecto del protagonista.


        The Revenant es un filme poderoso que nos evidencia un mundo lleno de odio que no necesariamente se quedó encapsulado en una época pasada. Las heridas de Glass son aún más profundas que las provocadas por las garras de un oso, su dolor es sumamente interno. Ser parte de su viaje quizá nos ayude en nuestra búsqueda personal por una anhelada paz que nos fue arrebatada inmisericordemente. 

Califiación: 9.5/10


jueves, 9 de junio de 2016

Reseña: El Conjuro 2 (The Counjering 2)


Reseña: El Conjuro 2 (The Counjering 2)

Clasificación: B-15
Género: Terror
Duración: 134 min.

Por Cristhian Ponce.

         Cuando la cinta El Conjuro apareció en el año 2013 causó revuelo en la audiencia debido a que represento una propuesta que se aleja de los convencionalismos a los que la gran industria había acostumbrado al público, trayéndonos la historia de los esposos Ed y Lorraine Warren, quienes se ganan la vida resolviendo misterios paranormales. La magia (o debiéramos decir horror) de la primera película de la ahora serie se debe sin duda a un balance entre lo gráfico y lo psicológico, trayendo al género a un terreno comercial que cualquiera puede disfrutar y que además recordaba mucho el tono en el que muchas cintas de terror lograron su gran auge en el siglo pasado.

          De la mano del director James Wan, quien fungiera también como el director de la primera cinta, vemos a los Warren de vuelta en un nuevo caso paranormal. En esta ocasión, los esposos tendrán que resolver un caso en el que una familia en Inglaterra que ve amenazada su tranquilidad por la hostilidad de un ser los quiere echar fuera, a su vez que la pareja tendrá que lidiar con la sombra de uno de sus casos más famosos: el llamado terror de Amytiville.

        Los cambios respecto a la primera entrega son notorios, empezando por la paleta de colores que deja atrás los colores marrones de la primera entrega, ahora mostrándonos un tono más azulado y negro. El director hace lujo de gala de su buen manejo en el montaje trayéndonos planos secuencia y tomas aéreas que sin duda son su sello y le dan dinamismo a la cinta. La trama aunque se antoje más compleja resulta mucho más amigable, basando su argumento en simplemente al hecho de creer o no en lo sobrenatural.

         La cinta resulta un producto entretenido que va construyendo su atmósfera poco a poco y que de pronto se desploma para alejarse de su propósito principal. Y es que conforme el guion se esfuerza por mostrarnos los lazos humanos de los protagonistas se va perdiendo la atmósfera inicial, restándole credibilidad a la trama poco a poco. Los personajes parecen desenvolverse en películas diferentes, a veces en el drama y a veces en el terror, lo cual hace que se pierda la tensión que se había construido y que la trama se sienta alargada innecesariamente.

        La cinta deja atrás todas aquellas cosas que fascinaron al público en el año 2013 para recurrir a los clichés habituales del género, aquellos que solo se limitan a querer sorprender al público por medio de gritos y apariciones repentinas en pantalla que sin duda se olvidan fácilmente.

         En la balanza, El Conjuro 2 resulta un filme entretenido que no logra equiparar lo hecho por su antecesora, y que a pesar del esfuerzo no supera las altas expectativas generadas al apostar más a los sobresaltos que a los juegos mentales, pero que aun así se salva por la habilidad  de su director por mantener el espectáculo a flote, a pesar de que olvide que filma una cinta de terror en ocasiones.


Calificación: 6.5/10