sábado, 7 de octubre de 2017

Reseña: Blade Runner 2049

Imagen propiedad de Sony Pictures. Todos los derechos reservados.


Reseña: Blade Runner 2049
Director: Dennis Villeneuve
Año:2017
Género: Ciencia Ficción
Duración: 163 min.
Clasificación: B

Por Cristhian Ponce

     ¿Qué significa ser humano? La pregunta por excelencia dentro de la filosofía. Siglos de pensamiento y reflexión dedicados a la búsqueda de una respuesta que se torna cada vez más compleja. Sin embargo, la ciencia y sus alcances nos han llevado a pensar que la conclusión a la interrogante se encuentra solo en el nivel biológico. ¿Será que nuestra humanidad se define solo por eso?

     Blade Runner (Scott, 1982) marco un hito importante en el cine de ciencia ficción al mostrarnos a una sociedad en decadencia que se ve frente a la amenaza de los llamados replicantes, androides que son sumamente similares a los humanos y que se revelan para buscar expandir su limitado tiempo de vida. Para buscar y detectar a dichos replicantes están los blade runners, agentes que a través de diferentes preguntas determinaran la humanidad de sus acusados.

     Han pasado 30 años desde los incidentes de la primera cinta, y las cosas han cambiado, aunque no beneficiosamente. Ahora la comida escasea y los transgénicos son el pan de cada día, la contaminación llega a niveles estratosféricos, los replicantes viven en el exhilio y los sobrevivientes a su especie son pocos. No obstante, aún se trabaja en la búsqueda y retiro de los modelos de androides que se niegan a cumplir su labor de servicio, para lo que siguen existiendo los blade runner. En este caso, el oficial en el cual girara la historia del filme será K (Ryan Gosling), mismo que se verá en la difícil misión de descubrir que sucede en un misterioso caso de una replicante asesinada.
     Desde iniciados los primeros minutos, Blade Runner 2049 nos tiene tomados del asiento. El maravilloso trabajo fotográfico de Roger Deakins nos engancha con ese juego de luces y sombras que nos remontan al cine noir de los 40, y que además, hacen ver la lúgubre decadencia del futuro como una bella reclamación poética de su emergente naturaleza.

     De manera sumamente inteligente, la información de la trama se nos va dando a puntas de gotero, lo que nos permite ir generando una serie de cuestionamientos que enriquecen a aquellas preguntas que en 1982 nos llevó a plantear su predecesora. En esta ocasión resulta sumamente relevante que los cuestionamientos no solo giren al nacimiento biológico, sino que nos podamos cuestionar acerca de las implicaciones sexuales que nos dan identidad humana. ¿Somos lo que nos han dicho que somos o nosotros definimos nuestra identidad?, ¿Las relaciones afectivas solo son marcadas por las interacciones físicas? La manera en la que la cinta nos encamina a estos cuestionamientos es sumamente brillante. En una era donde el tema de la identidad de género y la  alienación están en constante debate, resulta sumamente relevante que se planteen formas ingeniosas de tratar tales temáticas.

     Blade Runner 2049 nos exhibe como una humanidad que ha perdido todo sentido de responsabilidad social hacía los menos afortunados. El discurso de la cinta alcanza su nivel álgido cuando nosotros mismos nos cuestionamos acerca de nuestras acciones ¿Será acaso nuestro libre albedrío lo que nos define? o peor aún, ¿Realmente gozamos de ese libre albedrío?

     Todos los elementos manejados en la cinta (la excelente banda sonora de Hans Zimmer y los púlidos efectos visuales, por ejemplo)  se conjugan de manera espectacular para que el foco de atención gire en torno ese andamiaje filosófico con el que está escrito su guión. Villeneuve y su equipo han tenido claro que su cinta es una obra que si bien toma prestado el universo y elementos establecidos anteriormente, esta nueva película es una obra que debe brillar con luz propia. Y ese mismo punto es una de sus mas grandes fortalezas: No pretende en ningún momento hacer lo que Ridley Scott hiciera en el 82.

     Si hay algo que podamos señalar a esta segunda parte es que deja inconclusas sus subtramas, mismas que se antojan interesantes dado sus niveles políticos (rebelión de parte de los replicantes, entre otras cosas), en la que se ve una clara intención de crear secuelas posteriores.

     Es muy pronto para saber si Blade Runner 2049 se convertirá en un clásico de culto. Pero lo que si podemos decir es que quizá sea una de las mejores secuelas en décadas. Un recordatorio de que necesitamos más cintas humanas, y menos replicantes.


Calificación: 9/10