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Reseña: Cómprame un Revolver
Año: 2019
Director: Julio Hernández Cordón
País: México
Duración: 90 minutos
Clasificación: B-15
Por Cristhian Ponce
En el panorama actual,
hay muchas conductas que están siendo revaluadas por la sociedad. Movimientos
activistas liderados por ambientalistas, feministas o la comunidad LGBTQ nos
han enseñado que hemos tomado muchas conductas nocivas que por décadas muchos
no cuestionamos y que de alguna manera u otra nos afectaban, operando casi como
un fantasma invisible.
En Cómprame un Revolver del director Julio
Hernández Cordón, vemos la historia de una niña que nos narra sus vivencias
junto a su padre, un hombre drogadicto dedicado a cuidar un campo de béisbol al
norte de México en un tiempo incierto, donde el narcotráfico ya la violencia
son un ente que domina el lugar con supremacía y normalidad para los personajes.
Es precisamente la palabra
normalidad, o en este caso, normalización, lo que permite entender el mundo construido
por Julio Hernández Cordón. En el contexto planteado por la película, vemos
como niños tienen que lidiar con la idea de que pueden ser robados en cualquier
minuto, ser mutilados o incluso prepararse para escapar en dado caso de ser
raptados. Es precisamente esa normalidad con la que miran el asunto lo que nos
deja inquietos.
Los narcotraficantes de
la película (hombres en su totalidad) visten chalecos antibalas, pantalón y
vestidos de flores. En un asunto de contraposición, se nos muestra un mundo
donde muchas conductas se han asumido con normalidad, siendo nocivas o no. Es
decir, a través de estos pequeños detalles y la mirada infantil de la
protagonista iremos siendo testigos de cómo asumimos con normalidad los cambios
del mundo.
Una escena clave para
entender esto es ese plano cenital con el que vemos a la protagonista rodearse
de cadáveres representados a través de dibujos. La violencia se caricaturiza,
nos distanciamos de su efecto devastador. O bien, en una banda llegando a una
fiesta mientras uno de los narcotraficantes lanza balas al aire. La violencia
se vuelve una celebración.
Cómprame un Revolver es un relato de un futuro que no se ve tan
distante, que se diluye casi con el presente, para revelarnos el efecto
cultural y devastador de normalizar a la violencia. Del mundo en el que los
niños actualmente crecen, asumiendo la destrucción, la sangre y la devastación
como si se tratasen de un juego.
Las distopías se
plantean un futuro desolador para confrontarnos con nuestro presente. En este
caso, Cómprame un Revolver es un
relato que nos cuestiona sobre los usos culturales que hemos adoptado y sus
consecuencias respecto al mundo que le dejamos a las nuevas generaciones. Si
los niños y niñas asumen el mundo en el que viven como si se tratase de un
juego, valdría entonces preguntarnos ¿A que juegan las niñas y niños?
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