domingo, 30 de julio de 2017

Reseña: Dunkirk

Imagen propiedad de Warner Bros. Pictures.

Reseña: Dunkirk

Año: 2017
Director: Christopher Nolan
Género: Bélico/Suspenso
Duración: 120 min.
Clasificación: B (12 años en adelante).

Por Cristhian Ponce

     ¿Cómo saber cuánto cuesta la tranquilidad si nunca se nos ha arrebatado la calma?, ¿Cómo valorar el tiempo si nunca hemos presenciado la cuenta regresiva de la vida? Cuando no apreciamos el enorme valor que ello supone, solemos ceder a la frivolidad, pagando el precio de olvidar aspectos primigenios que nos ayudan a orientar nuestro sentido humano. El cine es una puerta que nos transporta a las experiencias que otros han vivido, ayudándonos a apreciar cosas que de otra manera quizá nos sería imposible.

     Los sucesos retratados en Dunkirk nos transportan a la Segunda Guerra Mundial, en un panorama donde los ejércitos tanto francés como británico han sido orillados al mar por los alemanes, dejándolos así a la espera de la muerte en un panorama desolador, o bien, a que suceda un milagro.

La trama se nos narra desde tres perspectivas diferentes: La primera nos cuenta los sucesos vividos por el ejército británico en el muelle de Dunkirk, esto durante el transcurso de una semana. En la segunda observamos como un valiente hombre, acompañado de su hijo y un amigo, deciden ir a salvar a cuantos soldados les sean posibles en su pequeña embarcación, sucediendo esto en el transcurso de un día. Y en su tercera parte observamos como tres tripulantes de las avionetas de combate Spitfire interfieren en el suceso, esto durante el transcurso de una hora.

Christopher Nolan, quien dirige y escribe la cinta, ha demostrado desde el inicio de su carrera un dominio soberbio del uso elíptico del tiempo, acelerando los segundos más asiduos y alargando los momentos más intensos para incrementar la tensión. Como ya es característico en el estilo del director y tal como hemos visto en cintas como Memento (2000), su opera prima, o Inception (2010), el cineasta londinense hace uso de la información que va proporcionando al espectador sobre los sucesos de la trama, revelando cada nuevo detalle en el intercalando de los distintos puntos de vista, mismos que se van cruzando en determinados momentos. Este último aspecto sin duda pondría orgulloso a su compatriota Alfred Hitchcock, ya que en este último aspecto radica mucho del valor envolvente de la película.

El detalle más sobresaliente de la cinta radica en su excelente uso del sonido. La mezcla auditiva nos sumerge en un ambiente donde el peligro es latente en cada segundo, trasladándonos a un campo de batalla hostil y furtivo al escuchar aviones acercarse a toda velocidad, balas que atraviesan metros de distancia para alcanzar a su objetivo o a bombardeos que hacen salpicar agua y arena. Los sonidos son tan naturales que podemos percibir el temor al unísono. La tensión aumenta con las excelentes composiciones de Hans Zimmer, con las que el metrónomo va in-crescendo, acelerándose al compás de las manecillas del reloj y los latidos del corazón. Esto nos hace empatizar emocionalmente en un ambiente en donde la paranoia incrementa cada vez más.

En cuanto a postura política, la cinta se toma muchas libertades creativas a la hora de retratar los sucesos vividos en mencionado hecho histórico. La importante participación del ejército francés queda prácticamente olvidada y es recordada de manera muy escueta, y la participación de la Alemania Nazi en el conflicto solo se menciona al comienzo de la cinta. Es importante reconocer la postura de la cinta para que el entendimiento del suceso no quede mal interpretado. En este caso, Dunkirk se perfila mas como una muestra de los crueles sucesos vívidos en el conflicto bélico mas grande la historia, en el cual además de suceder actos horríficos, también figura la esperanza de la humanidad en la valentía de aquellos que solo quieren volver a casa. En honrar a los héroes desde un punto de vista británico.

Sin duda, Dunkirk es un gran ejemplo de lo que se puede lograr cuando se utilizan bien todos los recursos técnicos con los que se cuenta en el cine de gran manufactura. Un estremecedor recuerdo de un periodo histórico que no debe ser olvidado, y sin duda, un recordatorio del enorme valor de la tranquilidad y el destructivo fenómeno que es la guerra.


Calificación: 9/10


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