sábado, 9 de julio de 2016

Reseña: Belleza Americana (American Beauty)

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Reseña: Belleza Americana (American Beauty)

Año: 1999
Género: Drama
Clasificación: R
Duración: 122 min.

Por Cristhian Ponce


       Hay cosas traducibles a un contexto literal, cuales podemos encontrar en un diccionario y definir en un planteamiento definitivo. Sin embargo, hay otras tantas en las que la misma palabra rebota en nuestro consiente tratando de aterrizar el concepto, y en el que aun cuando parece que encontramos un sentido lógico, el mismo puede diferir de lo que la sociedad o nosotros mismos creíamos. Tales palabras parecen no conducir a ningún lado, pero cuando se nos pregunta ¿Qué es la belleza? Más vale razonar la pregunta, aun cuando damos por sentada la respuesta, esta puede ser multivariada.

     En Belleza Americana vemos la historia de un hombre llamado Lester Burnham (Kevin Spacey), quien trabaja como ejecutivo de publicidad, mismo empleo que le otorga muy poca satisfacción. Su esposa, Carolyn (Annette Bening) trabaja de agente inmobiliaria; ella es una mujer ambiciosa que vive obsesionada con la figura del éxito y las posesiones materiales. Ambos son padres de Jane (Thora Birch), quien es una joven de secundaria que vive atrapada en sus inseguridades. El matrimonio vive en una crisis, misma que se verá afectada cuando Lester conoce a la bella amiga de Jane, Angela Hayes (Mena Suvari), misma con la que Lester comienza a obsesionarse.

      La cinta hace goce de un espectacular guion escrito por Alan Ball, mismo que se hace valer de una excelente narrativa llena de diálogos inteligentes y un tono que rosa entre el drama y la comedia negra. Las excelentes actuaciones del reparto hacen que las situaciones vividas por los personajes sean empáticas y su evolución nos parezca por demás conmovedora, amén de la extraordinaria actuación de Kevin Spacey quien hace gala de su labor histriónica valiéndose la mayoría del tiempo de micro expresiones utilizadas de manera soberbia.

        El conjunto de valores ofrecidos por Sam Mendes (director del filme) acompañados de una excelente foto de Conrad L.Hall, conforman una obra que ofrece una mirada a través de los estereotipos de la belleza que no siempre terminan por satisfacer nuestra necesidad humana, ataduras a un sufrimiento innecesario, mismo que Mendes presenta de una manera peculiar. Las cuestiones en la cinta son profundas, nos invitan a voltear la mirada a lugares que solemos ignorar, en lugares aparentemente invisibles, sitios donde la belleza parece brotar como la miel, todo ello con un carisma único. Los conceptos no son totales, por lo tanto vale revalorar aquello que creíamos definido en pro de nuestro propio espíritu, deshaciéndonos de las ataduras  de nuestra artificial felicidad.

Calificación: 10/10
       

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