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Reseña: Buscando a Dory (Finding Dory)
Año:2016
Género: Animación
Clasificación: A (Apta para todo público)
Duración: 145 min.
Por Cristhian Ponce
El profundo océano color azul, un
lugar inmenso que no ha sido explorado en su totalidad y que nos maravilla con
su multicolor de especies. Aprovechando ese magnífico escenario, el estudio
Pixar nos trajo en 2003 la aventura del pez payaso Marlín, en su odisea para
encontrar a su hijo perdido Nemo con la ayuda de una olvidadiza pez cirujano
llamada Dory. El estudio padre de otras obras reconocidas de la animación
moderna tales como Toy Story o Up: Una aventura de altura nos entregó
una cinta emblemática y emotiva que sigue entreteniendo a chicos y a grandes
con un gran mensaje sobre la paternidad. Ahora 13 años después, el estudio nos
trae la secuela, esta vez, enfocándose en la búsqueda de Dory.
El argumento de la cinta nos muestra a
una Dory que ha recordado que tenía una familia y que debido a su condición habiá
olvidado por completo, por lo cual despierta en ella un interés en ir por su búsqueda.
En esta ocasión la travesía llevara a Nemo, Marlín y Dory en un viaje que los
llevara directo a un acuario, del cual deben salir, a su vez de encontrar el
hogar de Dory. El planteamiento de la película se muestra sencillo por lo cual
cualquiera podrá adentrarse sin problemas en la película. La historia se apoya
a través de flashbacks que nos ayudan a entender el trasfondo de los personajes
centrales, además de que la cinta apuesta por un ritmo más frenético en comparación
de la primera entrega, haciéndose notar que Pixar respeta el universo que ha
creado, pero opta por darle un espíritu de cinta individual que le otorga
carisma al film.
La animación es impecable. Sin duda
de no ser porque los personajes poseen rasgos caricaturescos fácilmente podríamos
confundirlos con animales reales. La música de Thomas Newman otorga un ambiente
ameno y adecuado al ritmo de las escenas, dando frenetismo, drama e incluso comedia
necesarios para el impulso del film.
Por otra parte es importante
mencionar que si bien, la cinta tiene su dosis de emotividad, no debemos
esperar el mismo tipo de carga emocional de su antecesora. El film dirigido por
Andrew Stanton apuesta por mostrar varias capas que nos muestran una búsqueda que
va más allá de lo físico, una búsqueda de respuestas relacionadas con nuestro
ser, para encontrar la definición de lo que es el hogar, de lo que realmente somos
y de lo que nos importa. Si bien la primera se trataba sobre un padre y un
hijo, esta apuesta más por el autodescubrimiento. Es importante también mencionar
la manera en como la cinta maneja de manera sutil y efectiva un mundo acuático constantemente
amenazado por los peligros ambientales, y la manera en como estas creaturas
viven en estos lugares (acuarios) que procuran darles una estancia temporal. La
concientización a través del reflejo solo mostrado por las imágenes sin duda
habla de poder del lenguaje cinematográfico para el espacio de la reflexión.
Buscando
a Dory no supera a su antecesora, pero es sin duda una cinta animada que
vale la pena ver. Una digna secuela que va más por el camino de Toy Story 2 que de Cars 2.
P.D: Fanáticos sin duda apreciaran
la escena pos créditos.
Calificación:
8/10
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