miércoles, 1 de junio de 2016

Reseña: La Tumba de las Luciérnagas (Hotaru no Haka)

Imagen propiedad de Studio Ghibli, todos los derechos reservados.

Reseña: La Tumba de las Luciérnagas (Hotaru no Haka)

Género: Animación/Drama
Clasificación: B
Duración: 88 min.

Por Cristhian Ponce.


     Hay que reconocerlo, Studio Ghibli es portador de una extraordinaria magia. Sin duda el estudio de animación japonés posee una habilidad extraordinaria para contar historias que nos llevan de lo fantástico a lo real y viceversa. Sus personajes y sus travesías reflejan una mirada particular del mundo que nos demuestra cosas que quizá pasen desapercibidas para muchos, que se han olvidado para otros.

     En esta cinta en particular, Isao Takahata -el director y escritor del film- nos presenta la historia de dos hermanos: la pequeña Satsuko y su hermano mayor Seita, quienes tienen que enfrentarse a la vida al perder su hogar durante los bombardeos sucedidos en Japón en pleno 1945, donde la Segunda Guerra Mundial se encontraba en su mero climax.


Imagen propiedad de Studio Ghibli, todos los derechos reservados.

      La cinta no adorna la realidad, presentándonos un contexto duro en donde la pérdida y la indiferencia son constantes. Sin embargo, los hermanos no pierden la esperanza, su amor mutuo se refleja y nos conmueve al ver la fortaleza de su espíritu luchar por mantenerse con vida. Dos niños que se maravillan constantemente de la belleza que aun le queda al mundo, aterrados cada vez que la alarma avisa de un nuevo bombardeo. Seita tendrá que tomar difíciles decisiones y acelerar su proceso a la adultez, siempre tratando de tomar la responsabilidad suya y la de su hermana, aun cuando cometa errores en el trayecto.

       El conjunto compuesto por la excelente música de Michio Mayima; una animación envolvente y un guion magnifico hacen de esta una cinta maravillosa. El retrato es tan impactante que nos olvidamos de estar viendo una cinta de animación. La conjugación de su ritmo que nos demuestra la belleza de la vida en contraposición con los horrores de la humanidad. Y es que resulta imposible que la hermandad de Satsuko y Seita no nos conmueva, porque somos parte de sus alegrías y de sus pesares.

       La cinta se cuela en nuestra mente, en nuestros intestinos, profundizando en el corazón, en nuestra alma. Y es que el ver a una sociedad que endurece su corazón hacía el dolor humano resulta sumamente difícil de ver. Nos cuesta aceptar que nos vemos reflejados en ello. Adultos que no quieren asumir la responsabilidad hacía con los niños. De ahí surge el extraordinario valor de la cinta: humanizándonos, recordándonos los dolores que la guerra puede traer, proyectando a la inestable sociedad en donde vivimos, haciéndonos una pregunta de frente: ¿Qué nos ha sucedido?

       Ojala tuviésemos palabras para contestar la pregunta de la pequeña Satsuko: ¿Por qué las luciérnagas mueren tan pronto? Desearíamos tener una respuesta sensata que le devolviera la esperanza cuando vemos que las únicas luces de su mundo se extinguen rápidamente. El cine trata de ello, de formular preguntas por más duras que sean, nuestro trabajo es hallar una respuesta.


Califiación: 10/10


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