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Reseña: La
Habitación (Room)
Año: 2015
Género: Drama
Clasificación: B
Duración: 118 min.
La percepción de un niño acerca del mundo se distancia tanto de la
manera en la que un adulto observa su entorno, que tal parece que los adultos
olvidamos que alguna vez fuimos niños. La admiración por los pequeños detalles,
el imaginar todas aquellas cosas que para nosotros son desconocidas, el perder
la línea entre lo real y lo imaginario no es tan sencillo cuando no se tiene
una idea clara de lo que es una cosa o la otra. Parecen cosas obvias, cosas que
todos los seres humanos asimilamos con facilidad. Pero olvidamos rápidamente que
no nacemos con esos conocimientos, que enfrentarnos al mundo real es doloroso,
a veces quisiéramos que ese mundo fantástico no se desvaneciera jamás.
Quizá por eso ver esta cinta nos
resulta tan abrumador. En ella, vemos al mundo desde la perspectiva de Jack
(interpretado por un magnifico Jacob Tremblay), un niño que apenas ha cumplido
5 años, y que ha vivido toda su vida encerrado en una pequeña habitación al
lado de su Ma, la joven Joy Newsome (la mejor interpretación de Brie Larson).
Ambos comparten un lazo íntimo, en donde el mundo exterior solo se puede
percibir a través de la televisión y el pequeño tragaluz que hay en el techo,
donde apenas se logran ver algunas nubes en el día y las estrellas en la noche.
El lugar es claustrofóbico, pero para el pequeño Jack es todo su mundo, el
único lugar que conoce. No conoce a los árboles, nunca ha acariciado a un perro
o sentido la lluvia: para el todo eso es magia, no es real.
Lo que la madre y su hijo tienen que vivir es duro, pero están dispuestos
a enfrentarse al mundo, aun cuando las cosas no sean como uno se las imagina.
La analogía del filme acerca de enfrentarnos al mundo real sin duda estremece.
No solo se trata de ver que la vida no puede enfrentarse en el cautiverio,
además de ello, dejar atrás el pasado no es una cosa sencilla. Por ello, hay
que armarse de valor, a pesar de que el mundo es sumamente hostil, aun cuando las
heridas son profundas, sabiendo que las cosas no serán como las imaginábamos.
La película no engaña a nadie, no es un jardín de rosas sin espinas. Su guion es
cuidadoso en ello, logrando empatizar con el espectador haciéndonos participe
del dolor de los protagonistas, vibrando con ellos.
Su
fortaleza se incrementa con su coraje mutuo, comprendiendo que vale la pena
seguir adelante, aun cuando las consecuencias del dolor no pueden ser borradas.
Hay que agradecer al pequeño Jack (o en este caso al director Lenny Abrahamson
y la guionista Emma Donnogue) por recordarnos como percibíamos al mundo, su
fortaleza y particular visión nos recuerdan una parte de nosotros que jamás
debiera irse.
Calficación:
9/10
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